lunes, 8 de noviembre de 2010

Dos obras en las que los vencidos son protagónicos



Entrevista con José Luis Trueba Lara


Por Cinthia Archundia

Los libros surgen sin querer" comenta José Luis Trueba Lara al tiempo que explica que La vida y la muerte en tiempos de la revolución comenzó a gestarse hace 25 años, pues "para conmemorar los 75 años de la Revolución el INAH convocó a un concurso donde llamaban a todos los sobrevivientes de la revolución a que mandaran sus memorias, publicaron tres tomos dedicados a esto; yo los leí y me encantaron, era ver la Revolución contada desde una perspectiva absolutamente distinta".

Trueba Lara agrega: "a partir de ese día empecé a leer memorias, diarios, epistolarios, artículos periodísticos y resultaba que la realidad era muy distinta; de entrada estos documentos no hablaban tanto de la revolución con R mayúscula, si no de guerra, la revolución fue una guerra. Y contar la historia de una guerra es como nació este libro".

Y es que a cien años del conflicto revolucionario, la publicación de La vida y la muerte en tiempos de la revolución aporta una perspectiva distinta. Al autor no le fue difícil preguntarse por qué la mayoría de las batallas más sangrientas no ocurrieron contra el ejército de Díaz ni contra las fuerzas de Huerta, sino entre los mismos revolucionarios. En la introducción del texto, Trueba Lara escribe:

"Durante muchos años mis profesores me engañaron impunemente me contaron que la Revolución Mexicana (con mayúsculas, claro está) nos había liberado de la dictadura de Porfirio Díaz y de las incontables maldades de Victoriano Huerta (quien obviamente era calificado como un siniestro chacal)…” (Trueba:17)

De este modo el autor no retoma a los héroes nacionales, aquellos que en la historia tradicional figuran en cientos de publicaciones, por el contrario, pone la mirada en los de a pie, esa gente que vivió en medio de la revolución, aquellos hombres, mujeres y niños que no participaron directamente en las batallas pero que, sin duda, vivieron la guerra:

“ … en este ensayo sólo me interesa narrar (y a ratos intentar comprender) una parte de la historia que nunca me contaron mis maestros: la vida cotidiana de quienes vivieron los tiempos de ancien régime las maneras de amar y pecar, los mecanismos de ligue y la galantería, las otras sexualidades, las diversiones, los hechos de la infancia." (Trueba: 21)

"Es un libro de muchas voces, como una tertulia; el libro donde todo mundo llega a platicar", puntualiza Trueba. "Novo llega a platicar el día que sale del clóset, el día que se mete cocaína, habla mal de las adelitas", agrega. Pero ¿cómo dejar a los héroes fuera? "Mandarlos por un tubo; había que borrarlos y darles la voz a estos otros" dice Trueba Lara en la conversación y lo refrenda en el texto:

"Las mujeres de mi familia —escribe un testigo– estaban en un rincón de la vecindad, con una vecina que tenía un Cristo antiguo y con otras vecinas, rezando, cuando una granada dio contra el tinaco de la misma vecindad; entonces salieron corriendo lo más aprisa que pudieron, y en la calle vieron, mientras corrían a una señora tendida boca abajo, con un niño amarrado a la espalda. El niño estaba vivo, pero nadie se detuvo". (Trueba:141)

Sin embargo, La vida y la muerte en tiempos de la revolución ¿es un libro de Historia? Al respecto el autor señala: "los libros de Historia son cada vez más especializados... a mi me gustan mucho los libros de Historia, soy un verdadero enamorado de los libros de Historia pero cada día me cuesta más trabajo leer los textos de los investigadores. Lo que hacen es tomar un fragmento chiquito de la realidad y lo analizan profundamente, y por supuesto cuando regresan de las profundidades te dicen pues mira aquí está la mera neta y hay de nosotros que tenemos que ubicarnos”. Y puntualiza, "en ese sentido creo que el libro es más una crónica que un libro de Historia, es un libro donde platicamos y conversamos; yo creo que es un paseo, vamos a pasear. Se parece a muchas cosas de Historia, pero no es un libro de Historia, es una crónica".

¿Se trata de un texto pensado para celebrar el Bicentenario? "La primera oportunidad es vamos a repensar el pasado, en ese sentido sí; otra posibilidad es decir vamos a hacer un homenaje a los héroes, no, en ese bicentenario yo no entro" responde Trueba Lara.

Así, La vida y la muerte en los tiempos dela revolución se nos presenta como un texto ameno, con lenguaje sencillo, ilustraciones de la época, además de una bibliografía comentada para aquellos que quieran profundizar en el tema, en palabras del autor: "por fortuna cuando se acaba el libro, tiene al final la bibliografía, y puedes seguir conversando con los que ahí están, no hay conclusióna la gente le gustan las conclusiones y a mi me dan miedo. Si hubiera conclusiones no tendríamos discusiones; la conclusión es la última palabra, yo no la tengo, de eso estoy absolutamente seguro, pero también estoy seguro de que los otros tampoco la tienen”.

La derrota de Dios

Pero José Luis Trueba Lara también escribe una novela publicada por el sello de Suma de Letras de la que también nos platica…

La derrota de Dios es una novela que de acuerdo a su autor "cuenta toda la vida de Miguel Miramón, se trataba de contar una historia desde una perspectiva que a mi me parece que es poco usual… contar la historia de Miramón desde el punto de vista de los que perdieron la guerra; en otras palabras, en esta novela Juárez es el malo y Miramón es el bueno; los conservadores son los héroes".

Pues no hay que olvidar que para la historia "oficial" Miguel Miramón es uno de los grandes traidores; pese a que la vida de este personaje se mezcla con varios de los sucesos determinantes de nuestra historia, se ha perdido u olvidado en el devenir histórico.

Trueba Lara describe al personaje principal de la novela, Miguel Miramón: "… me cae bien porque es un derrotado, me gusta porque no le falta nada… es un hombre brutalmente enamorado, pero un amor de esos románticos, es tan romántico el amor de él y su esposa que cuando lo fusilan, Concha Lombardo pide que le den su corazón y lo guarda en un frasco ¡Alguien que vive un amor así vale la pena!”

Sin embargo, para Trueba no sólo se trata del Miramón enamorado, también “es un personaje crucial; tu dime qué crees que haya sido y lo fue ¿Te gusta niño héroe? Fue niño héroe, herido en batalla ¿Te gusta que sea presidente? Bueno, dos veces, el más joven de la historia ¿Te gustan las batallas? Estuvo en infinidad de ellas, dio batalla en todos lados ¿Un hombre que la gente lo adorara? Por supuesto y eso no es poca cosa, la gente lo tocaba como si fuera reliquia ¿Quieres un hombre que la haya pasado mal? Él también, dos veces tiene que huir a Europa, la primera cuando pierden la guerra de reforma y la segunda cuando Maximiliano lo manda ya para que no esté jorobando… “

Y reconoce en el personaje (Miramón) la derrota, pues apunta: "... tiene un problema, un problema serio, es un derrotado; cuando te derrotan tú tienes dos condenas, la primera es que quiénes te vencieron van a decir que eres un traidor, ni modo que digan vencimos a un patriota, de ninguna manera. La segunda condena, es la condena de una de las costumbres mexicanas más divertidas: el ninguneo. El ninguneo es decir que tú no existes”.

De este modo, Trueba recupera en La derrota de Dios los episodios que recrean al personaje principal: el adolescente que combatió en la batalla de Chapultepec, el general más joven de los ejércitos conservadores, el presidente de México, el exiliado, etc.:

"Miramón no tardó en llegar su puesto: él era uno más de los
jovencitos cadetes que tratarían de contener el avance de los yanquis en el muro que miraba hacia Molino del Rey. Tras las órdenes de los oficiales, llegó el silencio que sólo de cuando en cuando se rompía por los hipos del llanto y los rezos que pedían un milagro: más de uno deseó que Bravo izara la bandera Blanca
" (Trueba:39)

Y en esta descripción de Miramón, Trueba Lara se pregunta "¿un traidor es alguien que dio su vida por la patria? Podemos estar a favor o en contra de sus ideas, ese es otro menester y eso sin duda alguna lo podemos discutir, no tengo ningún problema, pero el hombre estaba convencido ¿le pueden decir traidor a alguien que hizo todo lo posible por frenar la invasión gringa y pararla definitivamente? Yo tengo mis dudas, pero es más fácil descalificar que pensar."

En este encuentro del autor con el personaje y los temas que a través de él trata, Trueba explica por qué escribir una novela y no una biografía de Miramón: "era la única manera en la que yo podía darles voz y en eso quizá si se parezca a La vida y la muerte, la chamba es dar voz a otros. En el caso de La vida y la muerte es darle la voz a la gente de a pie como tú y como yo, y en el caso de Miramón darle la voz a los derrotados en la Guerra de Reforma y en el Imperio. Yo creo que deberíamos oír sus razones, ya después discutimos si estamos a favor o en contra eso no es problema, tomémonos la molesta de escucharlos. Los liberales y los conservadores nunca hablaron, los dos orgullos chocaron, nosotros ya no nos podemos dar esos lujos, ya vimos lo que pasa. Mejor platiquemos, a lo mejor no llegamos a acuerdos pero por lo menos quizá encontremos algunas coincidencias y eso ya vale la pena".

Con una documentación precisa, La Derrota de Dios nos guía por una época de turbulencias, amenazas de invasión extranjera, guerras civiles, conflictos políticos, sociales y económicos a través del hilo conductor que teje la vida de Miguel Miramón. Entre la historia y la ficción, se construye la visión de los vencidos del siglo XIX en México, pues, según Trueba Lara "en ambos casos se trata de la historia de los vencidos no recuerdo un libro donde alguien gane, todos pierden, supongo que es esta la fascinación por los perdedores".

Ficha:

· José Luis Trueba Lara, La vida y la muerte en los tiempos de la revolución, Editorial Taurus, México, 2010, 343pp.

· José Luis Trueba Lara, La Derrota de Dios, Editorial Suma de Letras, México, 2010, 343pp.